COMPLIANCE Y ENTIDADES DEPORTIVAS

10 de Marzo de 2022 Manuel Álvarez



Tras dos dilatadas y sustanciales reformas del Código Penal acometidas en los últimos  años (ejercicio de 2010 y 2015), las Entidades Deportivas sujetas a nuestro ordenamiento jurídico, como personas jurídicas, pueden ser responsables de la comisión de tipos delictivos penales.

 

El mundo del deporte no se encuentra exento de la posibilidad de que se den casos de corrupción y otros tipos de delitos penales dentro de sus organizaciones, de hecho el delito de corrupción deportiva se encuentra expresamente regulado en el art.286 bis-4 del Código Penal. Además las entidades deportivas deben tener una clara panorámica de los factores y circunstancias legales que le atañen, ya que cualquier infracción recogida en la normativa puede derivar en sanciones importantes, en daños reputacionales y de imagen.

 

Y aquí es donde juega un papel fundamental el Compliance.

 

Como sucede con cierta frecuencia con los conceptos del mundo jurídico anglosajón que se trasladan a nuestro ordenamiento, dar una definición precisa del concepto de “compliance”, hace que se tenga que realizar un esfuerzo descriptivo más que valorativo. Así el “compliance” se puede traducir como el “cumplimiento normativo”, como el establecimiento de una serie de controles en entornos operativos de las personas jurídicas, en este caso en el entorno de las entidades deportivas.

  

Pero que una empresa sea exonerada de responsabilidad penal o evite una sanción no debe ser la razón última por la que establecer un programa compliance.

 

El propósito debe ser la instauración de un modelo de organización y gestión adecuado a cada entidad, que fomente eficazmente el cumplimiento de las normas y la aplicación práctica de los principios y valores que la empresa haya adoptado y comunicado.

 

Por tanto, más que una definición de “compliance” más o menos académica, lo importante, es considerar este concepto como una herramienta que fortalece conceptos claves como cultura corporativa, transparencia, responsabilidad social corporativa, etc.

 

Muchos de estos conceptos se encuentran en la esencia misma del deporte, aplicando en la gestión de las entidades deportivas, la cultura del esfuerzo, o la limpieza en la competencia.